La palabra Tequila proviene del náhuatl y se refiere tanto a la bebida como al lugar de su origen.

Los primeros registros de la producción de una bebida fermentada a partir del agave datan de los tiempos de los aztecas, quienes la conocían como pulque. Sin embargo, fue con la llegada de los españoles en el siglo XVI cuando comenzó la destilación del agave, dando origen a lo que hoy conocemos como tequila.

“El suelo volcánico y el clima de la región contribuyen a la calidad del agave y, en consecuencia, del tequila.”

El tequila se elabora exclusivamente a partir del agave azul, una planta que tarda entre 8 y 12 años en madurar. La región de Tequila, junto con algunas otras áreas de Jalisco y estados vecinos, tiene las condiciones perfectas para el cultivo de esta planta.

La producción de tequila ha evolucionado significativamente desde sus inicios. Los métodos tradicionales, como la cocción lenta de las piñas de agave en hornos de mampostería y la fermentación natural en grandes tanques de madera, siguen siendo utilizados por muchos productores, incluido Casa Esparza. Estos métodos tradicionales garantizan que cada botella de tequila mantenga los sabores y aromas característicos que han sido apreciados durante siglos.

 

Desde las festividades locales en los pueblos de Jalisco hasta las celebraciones internacionales del Día Nacional del Tequila, esta bebida ha sido un símbolo de la identidad mexicana. En Casa Esparza, nos enorgullece mantener viva esta rica tradición, produciendo tequilas que honran la historia y las técnicas ancestrales de nuestros antepasados.